04 noviembre, 2009

NOTICIA DE LA NUEVA PROVINCIA/ Domingo 21 de septiembre de 2008

¿EXISTEN EN NUESTRA CIUDAD LAS TRIBUS URBANAS?
Vidriera bahiense de las nuevas culturas adolescentes
Decenas de chicos se reúnen semanalmente en la entrada del paseo de compras de avenida Sarmiento y en el
centro, para exhibirse totalmente lookeados, respondiendo a los nuevos parámetros de las modas juveniles. Hay
quienes los consideran parte del mismo movimiento que impera en Capital Federal. Otros, sin embargo,
sostienen que se trata, simplemente, de agrupaciones de pares que pueden tomar la fachada de algo mayor.
SOLEDAD LLOBET
Especial para "La Nueva Provincia"
Flequillos, pelo engominado, ojos delineados y accesorios varios. Mochilas, camisas a cuadros o remeras
bien holgadas. La moda adolescente se mueve por parámetros cada vez más ajustados.
Zapatillas de lona, acordonadas y tan coloridas como los pantalones chupines, es la imagen que distingue
tanto a los flogger como a muchos de los `normales', aquellos que no pertenecen a ninguna tribu en particular
pero que responden a las cada vez más influyentes tendencias.
Al menos este es el panorama que se da todos los sábados a la noche, en la entrada al Bahía Blanca Plaza
Shopping, lugar que se ha convertido en un punto de encuentro para preadolescentes.
Los límites divisores entre floggers y freakes o hip hoperos y raperos no existen. Asimismo, muchos de
quienes niegan pertenecer a estas tribus, comparten con los grupos el gusto por la moda, el baile y la música.
Según cuentan, casi no hay emos por la ciudad, al menos no como se los conoce en Buenos Aires.
"Acá en Bahía no hay muchas tribus y las que hay son muy distintas a las que se ve por televisión", dice
Tomás, de 13 años, quien se considera dentro de los "normales".
Los consultados también aseguran que nunca se dieron peleas como las sucedidas en el Mercado de Abasto.
Sólo hay algún mano a mano de vez en cuando, sobre todo cuando los Cumbieros llegan al escenario.
"Esto no tiene nada que ver con el Abasto. Acá se conocen todos con todos. No son grupos que carecen de
conexión. Hay buena onda, salvo algunos que cuanto mucho miran mal o te cargan porque bailás."
Por lo que los enfrentamientos se limitan a competencias de baile o canto, sin importar la tribu a la que se
pertenezca.
Al menos eso piensa Albano, un rapero y hiphopero de 15 años, que tiene cero problema de mezclarse con
los floggers y freakes del shopping.
"Con mi primo ponemos música en el celular y mientras que él baila electrónica, yo hago pasos de hip hop",
explica.
Una rutina semanal.
A estos chicos, de entre 9 y 15 años, los une la amistad y, en la mayoría de los casos, el pertenecer a un
mismo colegio.
El Ciclo Básico, junto con los establecimientos religiosos La Inmaculada, San Francisco de Asís, Don Bosco y
Claret, son los más convocantes.
La idea es juntarse, dar vueltas por el centro comercial, comer algo y pasar la noche en la puerta, hasta
pasadas las 12.
Muchos van porque sus padres no les dan permiso para ir a la matiné. Otros porque no los dejan ir a bailar todos
los fines de semana o, simplemente, porque no les interesa.
"A mí me dejan ir a matiné pero no todos los sábados así que venimos con mis amigas acá, porque es seguro
que nos encontramos con gente conocida", dice Juliana de 13 años.
Alsina y Soler.
Pero los floggers y freakes copan, además, otros espacios bahienses.
"Los viernes en la esquina de Alsina y Soler, los sábados en Chocolate y el domingo pasamos la tarde en el
Shopping o en el Paseo de las Esculturas", dice Luca de 13 años.
La esquina céntrica fue por décadas el punto de intersección entre diferentes microculturas adolescentes y
esta tendencia parece no tener fin.
En Soler y Alsina parece que poco importa que los peatones tengan que hacer malabares para poder pasar,
sin bajar del cordón de la vereda.
Durante años, decenas de chicos lookeados han encontrado allí la perfecta vidriera para mostrar sus más
diversos estilos y conocer nuevas amistades.
Los alternativos.
La falta de tolerancia también tiene su lugar en las relaciones entre preadolescentes y se deja oír, de tanto en
tanto, en la voz de los chicos que no acostumbran ir todos los sábados al shopping.
"Hacía mucho que no pasaba por acá y la verdad que esos grupos me caen muy mal", dice Tomás, de La
Inmaculada.
"Si los ves de atrás no sabés si es una chica o un chico. Se quieren copiar de los porteños y no les sale. Se
creen los dueños de la calle, no dan paso a nadie".
El grupo de Tomás se define como alternativo, porque "escuchamos música de cualquier tipo y nos vestimos
como queremos, no como dice la moda".
En busca de pares y no de tribus.
Las agrupaciones bahienses no responden fervientemente a lo que se entiende por tribu urbana, según
considera la psicóloga y docente universitaria Jorgelina Fabrizi, quien se ha especializado en temas de la
adolescencia,
"Las tribus son grupos juveniles que se identifican mediante vestimenta, códigos verbales, gestuales y éticos.
Tienen rasgos que son identificables, objetivables. El lenguaje, la ropa, las actividades que hacen", definió.
"Creo que la noción de tribu hay que contextualizarla en nuestra ciudad en lo que se conoce como grupo de
pares de la adolescencia. Estos pueden tomar la fachada de tribu urbana".
En su opinión, estos grupos de pares se arman y funcionan como lugar de contención para los adolescentes
que deben transitar por cambios tanto biológicos como psicológicos.
"En la última década se toma a estos grupos como una manera de diferenciarse del resto de la sociedad, con
marcas de identidad propia.
"Si se hace un rastro histórico, se sabe que los adolescentes siempre se juntaron en grupos. Hay algunos que
hicieron historia, como los del Mayo Francés. En los actuales, desde mi punto de vista, la característica más
significativa está en la imagen, en el mostrar".
En el marco de esta cultura de la imagen, intensificada con la proliferación de Internet, los adolescentes de
hoy se muestran, según la psicóloga, como apolíticos, dueños de un dialecto y estilo particular, basado
principalmente en su apariencia.
"Estos grupos encuentran la motivación al enfrentamiento con el otro desde un mecanismo psíquico que es el
de la identificación. Lo que en realidad está en juego es la diferencia, por eso la pelea".
Fabrizi agregó que otro motivo es la lucha por el territorio, dado que "hay un relato que sostiene `este lugar en
nuestro'. Sin embargo su espacio es el afuera, es decir, los parques, las plazas o las entradas de los shoppings."
"Hay autores que plantean que la formación de tribus urbanas está muy marcada, últimamente, por la caída
del Estado, el lugar de la escuela y la familia. Es decir, surge por una cuestión de emergencia".
Una mirada desde la sociología
Doctora Ana Miranda (*)
Actualmente no se habla de juventud, sino de juventudes con elecciones y biografías muy individualizadas.
Estas nuevas culturas juveniles se distinguen de las de décadas anteriores, dado que antes había una mayor
uniformidad en los gustos, los estilos de música, el vestirse, el `lookeo'.
Asimismo, muchos de los nuevos jóvenes se diferencian de los de otras épocas, al no tener comportamientos
confrontativos o de rebeldía con los adultos, sino más bien de cierta apatía.
En términos generales, las nuevas culturas juveniles son más fragmentadas y se basan en modelos de
identificación vinculados principalmente con la estética y ciertos estilos de vida.
Se sabe que si bien los gustos de un grupo determinado van a transformarse en un futuro, su interés por la
estética no se va a superar nunca, porque es algo que recorre al conjunto de la sociedad y que tiene que ver con
los tiempos contemporáneos.
Es importante entender que las nuevas identidades surgidas en este último tiempo son de experimentación,
de crecimiento, y que han llevado a considerar nuevas formas del ser joven en un mundo cada vez más
complicado e interconectado.
Que los chicos tengan nuevas formas de identificarse es parte de las tendencias actuales que se desarrollan
en toda sociedad. Pero muchos de estos grupos tienen accesos muy sofisticados --a través de Internet y otros
consumos de muy alto valor, por ejemplo--, a los cuales muchos no tienen acceso y así pierden la posibilidad de
integración.
De esta manera, el problema radica en la creciente desigualdad entre los jóvenes que debería ser afrontada a
partir del desarrollo y extensión de las políticas de juventud, de igual acceso a la salud, la educación y el trabajo.
(*) Investigadora del Conicet y de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
Las tribus según ellos.
* Emos: "Son los que nunca sonríen, con flequillo al costado"
* Floggers: "Los distingue la ropa bien colorida, los chupines y están todo el día colgados en la computadora"
* Freakes: "Serían los floggers pero sin el fotolog"
* Cumbieros: "Les gusta la cumbia y son los que hacen quilombo"
* Hip Hoperos: "Bailan el ritmo y usan gorras con visera y pañuelos"
* Raperos: "Cantan y rapean, y combinan pantalones anchos con remeras bien sueltas"


(http://www.lanueva.com/edicion_impresa/nota/21/09/2008/89l112/nota_papel.pdf)